¡Ríete contigo, de tí y con la vida!

Decía Gandhi que “sonreír no es enseñar los dientes, sino el alma” y razón no le faltaba, porque más allá de una respuesta corporal, la risa es casi un distintivo humano.

De todas las especies de la naturaleza, solo nos reímos nosotros y algunos primates.

¿Por qué es bueno reírse?

La risa tiene un montón de beneficios para nuestro cuerpo y nuestra mente. Según los expertos, la risa atenúa el estrés y el dolor, aumenta las defensas del sistema inmunológico y oxigena el organismo.

Con la risa, nuestro cerebro libera la producción de adrenalina, catecolamina, dopamina y serotonina, algo que nos proporciona una sensación de buen humor, nos desinhibe, potencia nuestra creatividad y nos ofrece una emoción de buen ánimo general.

Más allá de todo esto, la risa es una expresión. Es una expresión de felicidad, de alegría o de humor.

Nos reímos cuando estamos contentos y liberamos esa efusividad a carcajada limpia.

No existen culturas que no apoyen que la risa es algo positivo, en mayor o menor medida, te puedes reír en Cancún, en Japón o en Kenia y en los tres sitios, la respuesta será la misma: generarás un halo de positivismo a tu alrededor. Contagiarás tu risa.

Sí, porque todos sabemos que la risa se contagia, ¿verdad? La risa es un mensaje, a veces nos reímos solos, pero en realidad, disfrutamos mucho más de la risa cuando la vivimos en compañía.

Sonreír nos hace humanos y nos ayuda a expresar emoción, al mismo tiempo, se convierte en fortaleza frente a los problemas cotidianos que nos generan estrés.

El profesor Seligman (2003) constataba que entre los recursos que nos proporcionan un mayor bienestar, se encuentran una actitud positiva frente a la vida, el altruismo y el sentido del humor.

Ver los problemas con sentido del humor, reírnos de nuestros propios problemas, nos puede ayudar a verlos de manera más distante, rebajando el nivel de angustia que nos genera.

Esto es fácil de leer, ¿verdad?, pues ahora te propongo un reto: Date un momento y piensa en un problema que te ronde la cabeza ahora mismo, un problema de tu día a día que puede ser una discusión reciente, un problema económico, una mala jornada en el trabajo por ejemplo… Ahora, intenta llevar tu problema al absurdo. Ríete de él. Ríete con él.

¿Qué tal te sientes?

A veces, tan solo necesitamos ver las cosas desde un prisma diferente para sentirnos mejor.

Espero que después de leer estas líneas, comprendas la importancia que puede tener algo tan simple como contar y compartir un chiste mañana en el trabajo con tus compañeros (¡o incluso con el jefe!).

No olvides nunca que la risa es algo que se vive en el cuerpo pero se siente en la mente.

¡Un abrazo chomanderos!

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