¿Es bueno o malo aceptar el dolor o sufrimiento del otro?

Persona meditando

¿Es bueno o malo aceptar el dolor o sufrimiento del otro?

 

Muy buenas Chomanderos, os traigo esta semana un tema que nos toca a todos muy cerca. ¿Es bueno o malo aceptar el dolor o sufrimiento del otro?, como casi siempre no hay respuestas absolutas, pero vamos a tratar de acercarnos un poco ellas

 

¿Habéis visto la última película de Pixar Inside-Out (Del Revés)?, para los que no lo habéis hecho aún os invito a hacerlo. En ella hay una escena muy interesante en la que el personaje de la Tristeza, aquel que siempre lo estropea todo, se acerca al amigo invisible de la niña protagonista. En ese momento los personajes tienen un complicación, no pueden continuar porque el amigo invisible se niega a caminar por la pena que siente. Entonces, Alegría se acerca corriendo para separarles, ya que está acostumbrada a que Tristeza lo estropee todo siempre

Y sin embargo se produce algo sorprendente. Alegría ve como Tristeza ayuda al amigo invisible a sentirse mejor, dejar un poco de lado la pena, y observa asombrada cómo se recupera lo suficiente para seguir adelante

Y aquí está la gran lección para los pequeños (y no tan pequeños)

“Tristeza fue necesaria para continuar la marcha”

 

Necesitamos precisamente que nos reconozcan cuando nos mostramos al otro

 

En muchas ocasiones es muy posible que pensemos que no hace falta decir nada cuando tenemos delante a alguien que siente un gran dolor en el corazón. Creemos que no es buena idea darle un abrazo, o incluso simplemente una mirada de comprensión o compasión. Algo en nosotros nos dice que asumir que una persona está dolida es algo que sólo servirá para recordarle su dolor. Es algo así como si por no recordárselo hiciera desaparecer aquello que le hace sufrir.

¿Nos equivocamos al actuar así?, En muchas ocasiones así es, en realidad necesita que le reconozcan precisamente cuando se está mostrando ante ti. Muy probablemente busca tu abrazo o una aceptación de su dolor de algún modo. Si no, ese dolor se va enterrando, y el proceso no se detiene, sigue, más lento, aunque en cierto modo más doloroso. Aquella persona necesita nuestra muestra de afecto para poder pasar al siguiente nivel y seguir librando batallas y disfrutando de su presente. Si no es así, corre el riesgo de quedarse estancada, como si le faltara algo del otro.

Piensa en las leyes de la física, en ellas se dice que tiene que haber un punto de referencia y un observador para que haya movimiento. No es necesario que tengamos a otro enfrente para caminar por el sufrimiento, pero sí es necesario que el que esté delante le acepte como tal. Sí, con todo su dolor.

Ese es su descanso emocional.

Vamos a suponer dos casos muy comunes:

  1. La persona dolida se encuentra con alguien que no le consuela pero que SI acepta su sufrimiento y le reconoce. La persona se sentirá apreciada.
  2. La persona dolida se encuentra alguien que NO acepta ese sufrimiento pero que trata de mostrarle aprecio. La persona no se sentirá apreciada.

Hasta este punto llega la necesidad de la persona de apreciación y compasión, de reconocimiento de sí misma. En el segundo caso el otro no está aceptándole, por más que pretenda proporcionarle su aprecio. Como veis, aceptar y apreciar van de la mano.

El otro y su falta de compasión

 

Y aquí entra el problema que tiene el “otro”. Aquel que no brinda el consuelo esperado. Donde todos hemos estado alguna vez o incluso seguimos estando.

Los motivos de este fallo en el otro a la hora de aportar esa empatía pueden ir desde la falta real de aprecio, hasta la imposibilidad de asumir un sufrimiento oculto similar, ya que liberaría también su propio dolor escondido. Son personas que en situaciones similares no siempre son capaces de asumir su propio dolor, y que no se compadecen tampoco de sí mismas.

 

Que no se nos enseñe a desarrollar la compasión no es lo peor, lo peor es que se nos enseña precisamente a lo contrario

 

Se suele pensar que la clave de la fortaleza es la negación de esa compasión. De esa manera solemos pensar que somos fuertes por negar la debilidad. Pero el dolor no es debilidad. Y no es fortaleza la negación del dolor.

Si el “otro” está acostumbrado a enterrar esos sentimientos de dolor, entonces ante su incapacidad de ver el dolor de otra persona tendrá sentimientos de culpa, sentimientos que también serán enterrados tras capas y capas. No asumirá ante nadie que es incapaz de verle, de compadecerle, ni siquiera lo admitirá ante él mismo.

Que no se nos enseñe a desarrollar la compasión no es lo peor, lo peor es que se nos enseña precisamente a lo contrario, a intentar ser más fuertes.

Un gesto de comprensión, de empatía, de compasión puede ser mucho más consolador que tratar de que una persona ya no se sienta triste o no muestre su tristeza.

Tal vez esa es la lección que deberíamos aprender y enseñar

¿Y tú qué opinas?, ¿has tenido alguna experiencia de este tipo?

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One thought on “¿Es bueno o malo aceptar el dolor o sufrimiento del otro?

  1. Muchas gracias por tus comentarios Bear, me anima a seguir trabajando en esta línea. Trato de aportar al proyecto CHOMANDOS mi particular manera de entender los temas que me parecen interesantes y siempre es muy agradable conocer vuestras opiniones. Un saludo

    Thank you very much for your comments Bear, I encourage me to continue working on this line. I try to contribute to the project CHOMANDOS my particular way of understanding the issues that seem interesting and is always nice to hear your opinions. A greeting

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